01 – Carlos Pedro Blaquier, hacedor de Ledesma

El 13 de marzo de 2023, a los 95 años, falleció en Buenos Aires el expresidente de Ledesma, Carlos Pedro Blaquier. Gran defensor de la industrialización nacional, Blaquier fue uno de los empresarios más importantes de la Argentina. Dirigió la compañía durante 43 años, desde 1970 hasta 2013. Su gestión se destacó por tres aspectos emblemáticos: el crecimiento de la producción, la diversificación integral del negocio y el compromiso con la comunidad. Nació el 28 de agosto de 1927, estudió en el colegio Champagnat, egresó del Instituto Superior de Filosofía y se doctoró en Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad de Buenos Aires. Además, la Universidad Pontificia Lateranense de Roma le otorgó el Doctorado “Honoris Causa” en Filosofía. Se casó con Nelly Arrieta Wollmann, con quien tuvo cinco hijos, y el 2 de febrero de 1970 reemplazó a su suegro, Herminio Arrieta, en la conducción de Ledesma, donde durante 18 años había cumplido funciones ejecutivas. Ya en ese entonces, Ledesma era una compañía pujante y promisoria, pero fue durante su mandato que logró convertirse en la principal empresa del norte argentino y en una de las más importantes del país.

Durante la presidencia de Carlos Pedro Blaquier, Ledesma duplicó su producción de azúcar, cuadriplicó la producción de papel y aumentó la producción de alcohol de 21 millones a 70 millones de litros, de los cuales 60 millones se destinaron a la producción de etanol.

Además, se desarrollaron el negocio agropecuario -con la marca La Biznaga- en las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos, en la Pampa Húmeda, y la actividad citrícola en el NOA, que hoy encuentra a Ledesma como la primera exportadora de cítricos de la Argentina. Blaquier también desarrolló los siguientes negocios dentro de Ledesma:

  • La producción de jarabes de fructosa y otros productos derivados de la molienda húmeda de maíz en la provincia de San Luis. En 2020, Ledesma vendió a la empresa a Cargill.
  • La fabricación de cuadernos y repuestos escolares, en la provincia de San Luis, que permitió a Ledesma liderar ese mercado en la Argentina con marcas como Gloria, Éxito y Autor.
  • La producción de energía. Esta integración se plasmó en 1994 con el ingreso de Ledesma en el consorcio productor de gas de Aguaragüe. Además, la producción de bioetanol a partir de la caña de azúcar le permitió a Ledesma participar en el mercado de biocombustibles desde 2010.

Carlos Pedro Blaquier profundizó el compromiso de Ledesma con la comunidad, especialmente en Jujuy, donde se encuentra el Ingenio Ledesma, corazón de la empresa. Esto se plasmó en la fuerte inversión de la compañía en el desarrollo económico y social local. Se crearon viviendas, escuelas y hospitales; y Libertador General San Martín, que en 1962 era un pueblo de 3 mil habitantes, se transformó en 1980 en una ciudad de más de 38 mil personas. En la década del 70, y liderada por el Dr. Blaquier, Ledesma construyó el hospital de El Talar, y mejoró y amplió los de Calilegua y Ledesma, y construyó las escuelas Técnica Herminio Arrieta y José María Paz, a las que actualmente concurren alrededor de 1.300 alumnos por año. En 2012, casi como un último hito de su gestión, la empresa encaró el Programa de Acceso a la Casa Propia, un plan de construcción de 1100 casas para los empleados de la empresa y sus familias, que concluyó en 2015. Blaquier también fue pionero en el cuidado del medio ambiente cuando el concepto de sostenibilidad prácticamente no existía. En 1975, dispuso la donación de las 76.000 has que en la actualidad constituyen el Parque Nacional Calilegua, y en la primera década del siglo XXI comprometió la preservación de 100.000 has de bosques nativos vecinos al ingenio en Jujuy, una superficie equivalente a 5 veces la ciudad de Buenos Aires. Además, diversificó la matriz energética de Ledesma, lo que le ha permitido a la compañía que la mitad de su energía provenga de fuentes renovables. “Al ambiente hay que cuidarlo”, dijo Blaquier alguna vez, y agregó: “En Ledesma lo hacemos, porque es nuestra responsabilidad, y porque de otro modo destruiría- mos nuestra empresa”. Blaquier también creó la empresa Pacuca, una de las principales productoras de carne porcina, fiambres y embutidos de la Argentina, con su emblemática marca Cabaña Argentina. Carlos Pedro Blaquier fue miembro fundador del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), miembro vitalicio de la Sociedad Argentina de Historiadores, socio honorario de la Sociedad Científica Argentina, académico titular de la Academia Nacional de Ciencias de la Empresa y académico de número de la Academia Argentina de la Historia y de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. El legado de Carlos Pedro Blaquier va más allá de Ledesma: nos deja una visión de país, el ejemplo del esfuerzo y del trabajo cotidianos, su prédica en favor de la industrialización y de la inte- gración, su permanente optimismo a pesar de las adversidades, su vocación por la excelencia y su profundo amor por la Argentina. Como los precursores, su obra es la que habla por él.

Andrés Blaquier, un líder del campo

En octubre de 2022, la compañía hubo de lamentar la trágica muerte de Andrés Blaquier, director del Negocio Agropecuario de Ledes- ma, en un asalto a mano armada. Era primo hermano de los actuales accionistas de la com- pañía. Fue una persona entrañable, con gran amor a la Argentina, su país, y mucha pasión por lo que hacía. Tenía un amplio conocimien- to de la actividad agropecuaria en la Pampa Húmeda, a la que dedicó su vida. Le gustaba explicar los avances y los proyectos del Nego- cio que lideraba, con un lenguaje técnico, pero a la vez didáctico. Años atrás, Andrés Blaquier llevó adelante el innovador proyecto de sistematización de 20.000 hectáreas de suelos en la estancia Centella, en Entre Ríos, que significó un enor- me salto de calidad para la productividad y la sustentabilidad de ese establecimiento. Su último proyecto fue el lanzamiento de Carnes La Biznaga, una iniciativa que hoy es realidad y le generaba una gran ilusión. También había delineado junto a otras entidades una propuesta integral para la actividad agropecuaria argentina, que dejó como legado. Andrés Blaquier sostenía que los procesos de producción debían preservar o mejorar el ambiente, y que la protección de la fauna y la flora autóctonas eran una obligación. Por ello, había desa- rrollado un plan de preservación como reserva natural de más de 5.000 hectáreas en la estancia Centella, en Entre Ríos, que continúa vigente. Allí conviven 76 especies de mamíferos, reptiles, anfibios y peces, y 120 especies de aves entre las que se destaca el amenazado tordo amarillo, declarado Monumento Natural en Misiones y Entre Ríos. Su ausencia sigue y seguirá sintiéndose en la compañía.